España se alzó con el título de Campeón de Europa al vencer a Suecia en la final por 29-23
Gran segunda parte basada en una inmejorable defensa
Llegaba España a la final muy alta de moral, tras deshacerse en cuartos y semifinales de la anterior campeona de Europa y de los campeones del mundo, Alemania y Francia, respectivamente. Pero había una pequeña duda en su rendimiento, fruto de la derrota ante Eslovenia.
También la historia no presagiaba nada bueno, el título de campeones de Europa se resistía para los Hispanos. Habían perdido en cuatro finales, en los años 1996, 2008, 2006 y 2016.
En la primera parte estuvieron un poco espesos, pero, por lo menos, no dejaron que Suecia se marchara en el marcador, llegándose con un 12-14 al final de los primeros 30 minutos. Su portero, Appelgren, estaba realizando un gran encuentro.
En la segunda parte el técnico Jordi Ribera dispuso una defensa 5-1, en donde ese jugador adelantado dificultaba el buen hacer de los suecos hasta ese momento. Suecia lo intentó todo para deshacerse de esa molesta defensa, hasta en vaciar su portería para así poder atacar con 7 jugadores de campo. Pero de nada les sirvió, la defensa seguía a un nivel estupendo, y cuando alguno del equipo contrario se lograba colar, allí estaba el portero Sterbik para pararlo todo. Recordar que llegó para jugar las semifinales por lesión de Gonzalo Pérez de Vargas.
A esta defensa se le añadió la faceta goleadora de sus extremos Balaguer y Ariño, y del lateral capitán Raúl Entrerríos, todo esto llevó a España a conseguir el preciado título de Campeona de Europa. Que en el deporte del balonmano es como decir que vuelven a ser los mejores del mundo.
Por el tercer puesto Francia ganó a Dinamarca por 32-29.