Vanderlei Lima sufre un empujón por un transtornado cuando iba primero en la final olímpica de maratón de Atenas 2004
Lideraba la carrera, y tras la agresión, a falta de 6 km. entró en meta ganando la medalla de bronce
Seguimos con la reciente estrenada sección de Historias de Maratón, y tras conocer el origen de la distancia mítica de los 42,195 km., traemos hoy un lamentable suceso ocurrido en los juegos olímpicos de Atenas 2004.
Creo que todos, o por lo menos los aficionados al deporte, tenemos en nuestras retinas ese momento, increíble, por lo inesperado y patético, en que un transtornado interrumpía en el recorrido del maratón olímpico y propinaba un empujón al atleta que lideraba la carrera, y lo llevaba hacia el público.
Ese atleta que iba de primero era el brasileño Vanderlei Lima, que se plantaba en el kilómetro 36 del maratón con 28 segundos de ventaja sobre sus perseguidores. Estos no eran otros que el italiano Stefano Baldini, el estadounidense Mebrahtom Keflezighi y el keniata Paul Tergat, llevaban 1 hora y 52 minutos de dura competición. Y en este momento ocurrió algo inaudito e inexplicable, que nos dejó a todos atónitos y petreficados delante de los televisores.
Un espóntaneo, vestido con un traje típico escocés, salta al medio del recorrido y empuja al atleta Vanderlei Lima, que lideraba la carrera, hacia un lateral. Allí parte del público, y en concreto el griego Polyvios Kossivas, reduce al trastornado y el brasileño queda libre para proseguir su carrera, eso sí, perdiendo el ritmo, unos segundos valiosísimos, y sobre todo, con el consiguiente trastorno psicológico que llevo consigo el resto de la competición.
“Empecé a temer tras el incidente, no me podía concentrar. Llegué a pensar que me iba a acuchillar. Me resultó muy difícil terminar”.
Finalmente fue adelantado por Stefano Baldini, el vencedor del maratón, y por Keflezighi que ganaría la plata. Felizmente Vanderlei pudo entrar en posiciones de podium al lograr el tercer puesto. Entró en meta con los brazos en cruz, en modo avión, y realizando zig-zags, asombrosamente, a pesar de lo ocurrido, irradiaba felicidad por todos los lados y llegó a comentar: “Da igual lo que me pasó. Conseguí mi meta y estoy feliz de poder subir al podio con estos atletas”.
El Comité Olímpico Brasileño solicitó para su atleta la medalla de bronce, pero no fue concedida. Pero por su reacción tan postiva y deportiva le concedieron la Medalla Pierre de Coubertin, concedida en tan solo 10 ocasiones en 116 años de Juegos Olímpicos.
“Para mí la concesión de la medalla Pierre de Coubertin es la mayor condecoración de unos JJ.OO. y me convierte en un ejemplo y referencia. Mi felicidad es mayor que el odio”.
El autor de este atentado contra el esfuerzo y el sacrificio atlético se trataba de un ex-sacerdote irlandés Cornelius Horán, su intención era dar a conocer al mundo la segunda llegada de Cristo y la importancia de leer la biblia. Pero este sujeto no era la primera vez que interrumpía un acontecimiento deportivo de renombre. En 2003 Horán se planta en medio del circuito de Silverstone en Inglaterra, en el Gran Premio de Fórmula 1, entro los monoplazas que pasaban a su lado a toda velocidad, obligándolos a cambiar de trayectoria para evitar su atropello. Fue necesario la salida a pista del safety car. Después del empujón en el maratón de Atenas, y cuando se había mostrado arrepentido, invade el campo en medio de la ceremonia de inauguración del mundial de fútbol de Alemania 2006 para realizar el saludo nazi.
Tres meses después de los JJOO de Atenas Horán envía a Vanderlei Lima una carta y un vídeo pidiéndole disculpas por aquel empujón, y así mismo envía otra carta el Comité Olímpico Internacional para que le concedieran la medalla de oro. Horán afirma que aprenderá el idioma portugués para pedirle disculpas en su propio idioma. Comprometiéndose a no interrumpir ni alterar ningún evento deportivo más. El gran atleta brasileño, delante de las cámaras de televisión, le perdona su vil acto.
Recientemente Vanderlei Cordeiro de Lima ha sido honrado con una misión muy especial, encender el pebetero olímpico en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.