Todos lo recordamos por esas imágenes de Roma corriendo el maratón descalzo, rebajando el récord olímpico en más de 8 minutos y después de llegar a meta, realizar unos estiramientos como si tal cosa. Los periodistas se apresuaron a escribir sus crónicas para relatar al mundo tal hazaña.
Y es que este corredor provenía de un país muy pobre, que se había enrolado en el ejército para ganarse algo de dinero. Pero la leyenda engrandeció cuando en Tokio, y después de 6 semanas de haber sido operado de apendicitis, volvió a conquistar la medalla de oro y una plusmarca mundial, 2 h. 12 m. y 11 s., esta vez con calzado deportivo.
Pero en marzo de 1969 la historia de este portento acabó en tragedia, un accidente de automóvil lo dejó paralítico y en silla de ruedas. Murió el 25 de octubre de 1973.
Aquí podemos ver un vídeo sobre su historia.