La selección española de fútbol ha disputado dos partidos de la fase de clasificación para el Europeo de Francia con desigual resultado. Ha perdido 2-1 con Eslovaquia, y venció a Luxemburgo por 0-4.
Han sido dos partidos muy distintos para la roja, ya que sus rivales también lo han sido. Eslovaquia pugna con España por los dos primeros puestos del grupo que les daría el pasaporte directo para Francia 2016.
El enfrentamiento contra Eslovaquia presentó un juego muy espeso y nervioso de los españoles. Y estuvo protagonizado por el primer gol, en un gran fallo de Casillas, que sirve, todavía más, para que las críticas al portero del Real Madrid eleven su tono. El gol de España lo logró Alcácer, y volvimos a ver a un Diego Costa desesperado por encontrar su primer tanto con la roja.
En el partido contra Luxemburgo, Vicente Del Bosque cambió la cara de la selección. Comenzó en la portería dando entrada a De Gea, y terminó en la delantera con Costa y Alcácer jugando juntos. Pasamos de jugar con un falso nueve, a utilizar, en este partido, dos arietes, dos puntas de lanza que marcaban el ataque español. En medio, un solo pivote, Busquets, con dos interiores, Koke e Iniesta, dejando a Silva delante, como enlace con la delantera. Los centrales de la defensa fueron Piqué y Bartra y jugaron como laterales Alba y Carvajal.
Vimos en este partido cosas muy positivas, como la visión de gol de Alcácer, que lleva en cuatro partidos tres goles, y por fin, a Diego Costa conseguir un gol. El debut de Rodrigo fue bueno, y brillante el de Bernat, el jugador del Bayern de Munich logró un gol en su primer partido con la roja, salió en el minuto 70 y a los 18 minutos marcó.
Está claro que ya hay un antes y un después en el equipo español, pero todavía habría que cambiar más cosas. Ya antes del mundial se debió realizar algún cambio. Cuando a Sergio Ramos, por ejemplo, le preguntan en mayo que prefiere ganar el mundial o la champions. Y su respuesta es que “el mundial ya lo he ganado…”, el seleccionador tendría que haber convocado a otro jugador en su lugar, que todavía no hubiera ganado un mundial. Con esta anécdota queda dicho todo, las ganas de unos y de otros.